Tras cuatro años en la universidad, la
etapa está alcanzando su fin. Y a veces ocurre que cuando estamos cerca del
final recordamos cómo empezó todo y realizamos un pequeño balance general.
Fue bonito, casi mágico diría yo, porque el
periodismo llegó a mi vida prácticamente por casualidad. Mi mente siempre
abrazó a las ciencias, sin embargo, finalmente, entre las palabras me encontré
a mí misma. Así sucedió. Lo que el periodismo me ha regalado.
El periodismo me ha regalado valor para
enfrentarme a mí misma, para mirarme y escucharme. Me ha regalado valor para
aceptarme. El periodismo me ha regalado actitud analítica y crítica con todo lo
que me rodea. Me ha regalado ese sentimiento de amor al conocimiento.
El periodismo me ha regalado pequeñas dosis
de paciencia y me ha enseñado que no merece la pena embarcarse en todas las
guerras y que, a veces, perder supone ganar. Me ha enseñado a relativizar las
cosas un poco más y que si hay que hacer algo que consideras absurdo o inútil
la mejor opción es hacerlo con una sonrisa.
El periodismo me ha cambiado,
completamente. Me ha regalado una ventana por la que mirar y descubrir un mundo
repleto de conocimientos, de vida. El periodismo me ha regalado una perspectiva
más amplia de la vida. En el respeto reside la libertad y nunca hay una única
respuesta, porque la clave para hallar la “verdad” no es saber dar respuestas,
sino saber preguntar(se).
El periodismo me ha dado la oportunidad de
conocerme más a mí misma, de saber que soy de esos corazones que están hechos
para viajar, para luchar, para ayudar…
El periodismo me ha regalado un poquito más
de humanidad.
"Escribo como
medio y arma de combate, que combatir es realizar el pensamiento".
Domingo Faustino
Sarmiento
Andrea Arrieta
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