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martes, 2 de junio de 2015

Sepúlveda, la villa medieval perdida entre colinas segovianas



Una de las bases para ser un buen trotamundos es saber mirar. Todo lugar tiene un rincón escondido, un escondrijo lleno de magia. Dentro del Parque Natural de las  Hoces del Río Duratón está Sepúlveda, un municipio construido en montañas y perdido entre ellas.



Arquitectónicamente, Sepúlveda, cobija en su interior tres iglesias. La Iglesia de San Salvador, edificada en la última década del siglo XI, es una de las más antiguas de la provincia segoviana. Está situada en la cúspide del cerro y junto a su campanario es el monumento emblemático que se puede vislumbrar desde la lejanía ya que es el corazón del pueblo. 

La Iglesia de la Virgen de la Peña, construida a las afueras de Sepúlveda, es un mirador que ofrece una de las vistas más bonitas del río Duratón. En el interior podemos visitar un retablo barroco con la talla románica de la Virgen de la Peña, de madera policromada.

La Iglesia de San Justo y Pastor, de menor relevancia, guarda en su interior dos esculturas dignas de ver. En el ábside central tiene un altar de piedra protegido por una representación de la Virgen con el Niño tallados en piedra. El santuario también cobija la escultura de un obispo bendiciendo datada en el siglo XII.

Esta villa medieval celebra el tercer domingo de julio “La Fiesta de los Fueros” donde sus invitados pueden viajar al pasado visitando sus calles y plazas con estandartes y disfrutando de su mercado medieval. Además, el pueblo se ilumina con antorchas y hay actuaciones musicales y teatros callejeros. 

La noche del 23 de agosto, víspera de San Bartolomé, toda la villa se apaga y los lugareños se visten de diablillos con luces rojas y dan escobazos al gentío para rememorar la tradición. San Bartolomé dejaba, sólo esa noche, que el Diablillo corriera a sus anchas realizando fechorías. 

Celebran el día de “Los Santos Toros”, el último fin de semana de agosto, las peñas, que tienen sus locales en cuevas naturales, con encierros de toros y novillos. 

El 29 de septiembre tienen lugar las fiestas en honor a la Patrona de Sepúlveda y pueblos colindantes, la Virgen de la Peña. 

Una de las tradiciones más bellas de Sepúlveda es la Misa de Minerva, que se celebra el tercer domingo de cada mes y consiste en una misa en la Iglesia de El Salvador. Tras la homilía se celebra una procesión por los alrededor del templo. 

La villa se caracteriza, en su gastronomía, por su cordero asado en horno de leña. Sobre todo, el cordero lechal. De primer plato encontramos las deliciosas sopas castellanas, típicas de Castilla y León y de postre el ponche segoviano, típico de la región. Es curioso reseñar que Sepúlveda, aparte de los restaurantes, tiene figones, restaurantes que sólo sirven ensalada, cordero y postre. 


Viviana Díaz 
@Vdiag


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