Incluso en España, donde
apenas se hace caso al boxeo aun teniendo púgiles de la talla de Javier
Castillejo, la expectación era máxima.
La prensa sabe dar cabida a cualquier gran evento aunque no sea muy seguido. Y
la audiencia le hace hueco a cualquier gran acontecimiento aunque no tenga ni
idea de lo que hay en juego.
El combate del
siglo, decían. Un americano contra un filipino. Un hombre rimbombante contra
otro discreto. Ambos máquinas en lo suyo. Fieras sobre el ring. Tras seis años
de negociaciones, por fin se verían las
caras y nadie quería perderse la pelea. Las entradas más baratas rondaban
los 1.400 dólares. Hasta quienes nunca habían oído hablar de Manny Pacquiao o
del ostentoso Floyd Mayweather, la madrugada del 2 de mayo querían ver el
combate. Ganó Mayweather. El combate y la suma más alta de pasta. Pero ¿qué paso aquella noche en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas?
Pasar, pasarían
muchas cosas. Lo que podemos contar desde Undécima Parada es otra historia. Lo
que sí sabemos es que entre entradas, apuestas y publicidad, aquella noche en
el estado de Nevada estaban en juego
1.000 millones de dólares. El recinto de Las Vegas acogió a más de 16.000
espectadores, y los que lo vieron desde casa tuvieron que pagar 90 dólares por
el combate. En España el precio, más asequible, se situaba en los 12 euros. Ambos
boxeadores se repartieron desde un principio una bolsa de 300 millones de
dólares. El 60% iba a ser para Mayweather y el 40% para Pacquiao pasase lo que pasase en el cuadrilátero. Así que perder, en lo que a dinero se refiere, aquella
noche no perdió nadie.
Aún imbatible sobre
el ring desde que comenzó su andadura como profesional, Floyd Mayweather apodado
como ‘Money,’ es el deportista mejor
pagado del mundo. Lo reconocerán por sus joyas ostentosas, los seis Bugattis
que guarda en su garaje y excentricidades varias. Es un boxeador inteligente
que antes de pegar mide distancias. Se mueve con agilidad sobre el
cuadrilátero, cansa a su adversario y siempre espera a ser atacado. No arriesga
demasiado pero cada golpe es más efectivo que el anterior.
Manny Pacquiao, conocido
como ‘Pacman’, natural de Filipinas, es de origen humilde y cuenta con una
historia de superación a sus espaldas. Mucho más sencillo y modesto que su
contrincante, Manny gozaba de la
simpatía del público desde el principio. Sobre el ring, Pacquiao arriesga
más, mete más el cuerpo y ataca más veces.
Durante la pelea,
ninguno de los púgiles salieron de su natural línea de actuación. Y aunque, en
opinión del público, Pacman era el claro ganador, el jurado se decantó por
Mayweather. Al fin y al cabo los golpes
directos son los que más cuentan y de eso Money sabe mucho. Lo que nadie
pone en duda es que un combate de estas características ha resucitado al boxeo.
Alba Campo
(Alba_3C)
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