-

lunes, 18 de mayo de 2015

Jornada de reflexión

El Roto

Hace años que no voto. Lo siento, pero necesitaba mi tiempo para reflexionar. Y en todo este tiempo he podido ver cómo unos y otros se repartían el pastel sin cumplir nunca nada de lo prometido. Ya saben ustedes…

Lo cierto es que tras años de reflexión he aprendido a ser mayor. A querer más a mi pueblo. A entender los problemas de los demás como problemas mios. A tratar de enderezar los errores cometidos, y a ser un poco más cabal. 

Hace unos minutos me ha planteado un alumno, la dificultad que él mismo ve en que 4 o 5 fuerzas políticas se entiendan en una nueva democracia que está por venir en un par de semanas. Y esa es la verdadera esencia de la democracia. Porque las mayorías absolutas crean dictadores, lo regido por los mismos de siempre, hoy tú y mañana yo, es algo más parecido a una aristocracia. Pero lo del gobierno del pueblo, ese demos cratós griego, no es, ni de lejos, lo que vivimos desde hace 40 años en este país. Que gobierne el pueblo significa que seamos partícipes de la política no sólo cada 4 años. ¿No creen que bien podríamos votar algunas de las reformas más importantes para el país en algunas ocasiones? No sé, cada 4 o 5 meses. ¿Y votar a nuestros políticos también, cada año quizá? Que si lo hacen mal, igual que los ponemos, lo podamos quitar. 

¡Ay amigo! ¡¡¡La “verdadera democracia”!!!

Un ciudadano, un voto. Listas abiertas. Políticos realmente preparados para gobernar. Limitación en el tiempo de gobierno. ¿No es eso verdadera democracia?

Pero también abogo por una España que se rija por una misma Educación, no por 17. Por una misma Sanidad, no por 17. Por una misma Justicia, no por 17. Hay que delegar, sí. Pero cuando se delega en demasía se corre el riesgo de perder y dejar todo manga por hombro. Las Diputaciones sobran. Muchos pueblos pequeños vivirían mejor bajo un mismo paraguas. Hoy por hoy, sólo se puede leer el pasado en los posos de aquel “café para todos”, pero poco el futuro que está por venir.

Una democracia de políticos preparados y altruistas. De personas que valoren a los demás, más que a sí mismos. De hombres y mujeres que vengan a la política a NO quedarse. Una democracia libre de corruptelas y corruptores.

Y una reflexión más (he tenido tiempo, lo sé): ¿no es curioso que podamos consultar las cuentas de nuestro banco, hacer transferencias y pagar por medio de un teléfono móvil y no podamos votar con una aplicación del smartphone?

Lo siento pero que te den un solo día para reflexionar, se me queda corto. Por eso pido que voten, que votéis. Que saquéis un rato para poder opinar y que se os tenga en cuenta. De momento sólo podemos hacerlo cada 4 años, mientras llega con paso firme la “Verdadera democracia”, que llegará.

Porque sé que todo puede cambiar y que el miedo nunca es buen compañero de viaje. ¿Quién no recuerda a Jarcha (y mira que yo era muy chico para recordar esto) y su Libertad sin ira?






David Álvarez

0 comentarios:

Publicar un comentario