La
inspiración es una mujer difícil de dominar, caprichosa. Llega cuando le place
y parte cuando más la necesitas. Crear desde cero, inventar e imaginar es un
camino complicado. Además darle forma y fuerza a la idea es una tarea agotadora
pero, los resultados merecen la pena.
Es
agradable e inspirador ver algo diferente en el cine aunque últimamente la
cartelera sólo es un bucle donde la acción y los efectos especiales son
protagonistas. El fondo se está perdiendo y la forma domina en la gran
pantalla. ¿Dónde están los buenos argumentos? ¿Dónde quedan las historias que
te conmueven? ¿Dónde se guardó la denuncia? Siempre perdemos las buenas
costumbres para terminar en una realidad insana pero, más sencilla de entender.
La
industria de los superhéroes es un claro ejemplo de cómo degenera el séptimo
arte, los personajes de Marvel se están convirtiendo en un cementerio de
originalidad. Resucitados de las entrañas de la empresa Marvel Comics, los
enfrentamientos de héroes y villanos son siempre los mismos. Idéntico ritmo,
similitud en los planos, las bandas sonoras no son oídas entre la violencia y
los disparos, efectos especiales iguales en cada entrega. Hasta los argumentos
son repetitivos: un héroe, un malvado, una gran pelea, una mujer de insinuantes
curvas, un triste pasado, la victoria de los buenos y un final abierto
orientado a una secuela.
Sobre
Marvel hay un dato importante a tener en cuenta, cuando Walt Disney compró la
editorial de cómics estadounidense, en 2009 y por 4.000 millones de dólares,
las películas empezaron a proliferar y a infestar las carteleras. Para hacernos
una idea, de 1989 hasta el momento de compra se filmaron 20 películas
comenzando con El Castigador y dando
vida a Electra, Dardevil, las tres primeras entregas de X-Men, la buena trilogía de
Spiderman y la primera película de Iron Man. Después llegó Disney. Ante la
compra de la enorme productora de animación, las películas de 2009 hasta la
actualidad son 16; la asiduidad es mayor y, recurrir a lo fácil sé está
convirtiendo en ley. Además ya están firmadas para producir en torno a 15 films
que, se quieren repartir entre 2015 a 2019. Entre estas futuras producciones
encontramos: la nueva entrega de Los 4
fantásticos, X-Men: Apocalipsis,
tercera parte de Lobezno y por supuesto, dos entregas extra de Los Vengadores.
Y
no son sólo los héroes los que están de moda. Al parecer resucitar los cuentos
infantiles es otra buena manera de recaudar sin tener que apostar por la
novedad, es una forma para no esperar a que un guionista entregue algo único.
Los cuentos de La Bella y la Bestia, La Cenicienta, La Bella Durmiente o Caperucita
Roja regresan, algunas dando un giro a la historia y otras manteniéndose en
su hastío.
Esta
situación empobrece al cine, no es algo nuevo ni negativo dejarse inspirar por
la literatura pero, limitarse a la continua reproducción revela una carencia de
ganas, de esfuerzo y de motivación. Muestra que el fin único es incrementar los
beneficios pero, si vamos allá, se condena a los espectadores a ver como
borregos cuando el cine siempre ha sido una ventana abierta que enseña a
muchos, inspira a otros y permite viajar entre infinitas realidades.
Viviana Díaz
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