Actualmente el mundo de la moda está generando
muchas controversias. No solo influye en la manera de vestir, para mucho se
convierte en un estilo de vida.
Vivimos
en una sociedad en la que todo lo que gira a nuestro alrededor. En muchas
ocasiones, por no quedarnos atrás, no ser diferentes y aceptar lo que la
mayoría estima oportuno, nosotros hacemos lo mismo. Si estamos en un grupo de
amigas que visten de una manera, al final aunque solo sea por imitación y por
la posterior aceptación social, vestiré igual que todas las demás y al final
seré un mero calco.
La moda está ideada para que todos copiemos a
alguien, bien sea nuestro referente, un personaje conocido... De hecho, hace
años, se puso de moda el denominado “pantalón campana”, por lo que resultaba
muy difícil no encontrar a las chicas vestidas con estos pantalones. Sin
embargo, hoy en día, nos han ido invadiendo los pantalones “pitillo”. La moda
no es más que una enfermedad contagiosa que dura un tiempo breve. Ocurre exactamente lo mismo con el género
masculino, se ha pasado de un estilo más callejero a un estilo más casual.
Partiendo de la base que adaptarse a los cambios
que van aconteciendo son necesarios, hay que tener cuidado con el problema que
genera la carencias de valores y la falta de personalidad. Si alguien viste
diferente a ti y no sigue “la moda” es rara, extravagante, hortera… y esto
implica una posible exclusión social.
Por supuesto el ámbito de la moda genera otros contrariedades
más graves, el hecho de que modelos tanto mujeres como hombres que aparecen en
los medios de comunicación con una extremada delgadez hacen que se conviertan
en nuestros ideales a seguir.
Cada vez son más los adolescentes que caen en
enfermedades alimenticias serias, la anorexia y la bulimia son dos de ellas. Patologías
modernas que han sabido aprovecharse de las tendencias sociales de los países
industrializados. Los mensajes que hacen referencia a la imagen corporal son
omnipresentes y con ellos se transmite la idea de que estar delgado es el medio
para obtener la felicidad y el éxito.
Tampoco podemos olvidarnos de la conocida vigorexia,
una enfermedad que parte de la base que estar musculado hace sentirse mejor
consigo mismo, es tal la obsesión por el gimnasio y conseguir una mayor masa
muscular que las consecuencias son verdaderamente graves.
En definitiva, mucho cuidado con las imitaciones,
se empieza por perder nuestra personalidad copiando a los demás y se acaba por
enfermedades de difícil tratamiento.
Aunque el tema no es tratado adecuadamente por los
medios de comunicación, los telespectadores, oyentes, lectores e internautas debemos tener la
suficiente capacidad de responsabilidad como para saber decir NO a ciertas cosas.
Hasta hace relativamente poco, parecía un tema
tabú e incluso hasta pasaba desapercibido. Afortunadamente, la conciencia
social ha aumentado y la cobertura mediática que se está empezando a dar sobre
modelos de tallas grandes para aceptarse tal y como son, va creciendo, pero aún
son insuficientes.
Soraya López.
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