Hace
un año y medio que me lancé al mundo de los podcasts. Meses antes me había
enganchado ya a varios de ellos, y un amigo y yo decidimos que podíamos probar
a hacer uno nosotros mismos. En esta primera aventura utilizamos el estudio de
radio de la universidad, para después subirlo a un servidor online (iVoox). En
los doce episodios que duró no es que tuviésemos un gran éxito, pero sí que
sobrepasamos las 5.000 escuchas, lo cual no está nada mal.
Las
condiciones de la universidad para el uso del estudio de radio cambiaron y
ello, unido a la falta de tiempo de ambos, llevó a su fin a aquel experimento.
Fue entonces cuando decidí enrolarme en otro podcast junto a otras cuatro
personas, pero en esta ocasión grabando cada uno desde su casa, todo por medio
de internet. Ahora soy colaborador y presentador de dicho espacio, y durará lo que
nosotros decidamos, puesto que solo dependemos de nuestros ordenadores y de la
conexión para hacerlo.
El
primer boom de los podcast llegó mediada la década pasada con la difusión de
los reproductores de música y el formato mp3, que te permitían escuchar tus
audios en cualquier momento y lugar. Después de esto el interés siguió
creciendo, pero en los últimos años se había estancado e incluso descendido.
Según los datos del medidor de audiencias Nielsen, en Estados Unidos en el año
2013 bajaron las descargas y escuchas de podcast con respecto al año anterior.
Pero a vista de los datos de 2014, año en el que las descargas se dispararon
hasta batir récords, se trataba solo de un descanso del fenómeno para coger
energías.
El
gran ejemplo de este renacer de los podcasts es Serial, una producción
estadounidense de 12 capítulos en la que se repasaban las evidencias y se
investigaba un crimen real ocurrido hace 15 años. Según iTunes, Serial es el
podcast que más rápido ha llegado a los cinco millones de descargas de la
historia, ha sido número uno en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y
Australia, y estuvo en el top 10 en Alemania, Sudáfrica e India. En estos
momentos ha sobrepasado ya los 15 millones de escuchas en todo el mundo.
Liderados
por Serial, han aparecido miles de podcasts que se han aprovechado de su éxito.
Existen audios para todos los gustos, ya sean de deportes, moda, series,
entretenimiento, cocina, humor… sea cual sea el hobbie que practiques, es
probable que exista más de un podcast que hable sobre ello de manera regular. Aunque
estoy hablando, claro, en inglés.
En
España el efecto podcasting está empezando a arraigar, pero de otra manera
diferente a la de nuestros compadres yankees. Aquí son las emisoras de radio
las que están despedazando sus contenidos en forma de podcast para subirlos a
la web y que se puedan descargar. Así, el más descargado en España es el de
Cuarto Milenio (Cadena SER), seguido de cerca La rosa de los vientos (Onda
Cero), Espacio en blanco (RNE) y La Parroquia (Onda Cero). Los productos
realizados únicamente para internet aún no han cosechado demasiado éxito,
aunque sí que hay emisoras que apuestan por ellos (Play Basket – Cadena SER) y
si sigue la tendencia no sería extraño que ocurriese un boom como el de Estados
Unidos.
Mi
opinión personal es que así ocurrirá. Por ejemplo, porque la tecnología nos
empuja a ello. Los coches avanzan hacia la radio por satélite y por internet.
Los iPhones ahora vienen con una aplicación de podcasts incorporada. También,
porque la situación de crisis en los medios puede llevar a profesionales de la
comunicación a encontrar otras vías como estas para expresarse, como ha hecho,
por ejemplo, Javier Gallego con su “Carne Cruda”, que perdió su espacio en RNE
y la Cadena SER y ahora ha encontrado su nicho en internet, sin depender de
terceros.
Además,
los estudios que ha hecho Nielsen demuestran que los oyentes de podcasts son
fieles e involucrados con los programas que les gustan. Según otro estudio de Edison Research, los consumidores de podcasts escuchan una
media de seis episodios por semana. Una vez encuentran uno que les gusta, se
convierten en devotos. Y existen más posibilidades de que se escuchen enteros
en comparación con la radio. El oyente siente que tiene una relación, personal,
con las personas que están al otro lado. Porque puede escucharlas cuando y como
quiera.
Hace
unas semanas hablábamos en esta web sobre el “Do it yourself”, y la creación de
podcasts bebe de esa corriente. Hace falta verdaderamente poco para poder
montar tu propio programa online si lo deseas.
Lo
primero que necesitas, además de una buena idea, es un ordenador con conexión a
internet, algo que hoy en día hay prácticamente en la gran mayoría de las
casas. Después necesitarás un micrófono. En este aspecto es donde más puedes
jugar con el dinero. Cuanto mejor sea el micro mejor será el sonido, y el audio
tendrá mayor calidad. Pero se pueden hacer maravillas con cosas básicas. En mi
caso utilizo unos auriculares más micrófono de la marca de Bill Gates que me
costaron poco más de 30€, y cumplen con creces.
Una
vez tienes lo anterior, necesitas un programa de ordenador que pueda grabar voz
y comunicaciones. El software más utilizado para telecomunicaciones es Skype, y
permite añadir extensiones que graban la voz, con lo cual puede valer. También
hay opciones de pago que prometen un mejor sonido, como puede ser Mumble. Pero
la calidad que da Skype por lo general es más que suficiente. Ahora que ya
tienes el audio grabado siempre puedes editarlo, añadir músicas, etc. Con un
editor de audio. Audacity es gratuito y te puede sacar de un apuro, o puedes
utilizar el Sony Vegas pirata que te instaló tu primo o tu compañero de clase.
Ya
tenemos el producto listo, ahora tenemos que publicarlo. Los dos principales
servidores sin iTunes y iVoox. La ventaja del primero es que tienes plena
compatibilidad con dispositivos Apple, pero lo malo es que en ocasiones ponen
trabas y no puedes controlar el número de descargas/escuchas que tienes. iVoox
es totalmente gratuito, fácil de utilizar, y te deja compartir el podcast por
correo, por las redes sociales, o insertarlo en páginas web.
Con
el podcast ya publicado, ahora lo que hay que hacer es promocionarlo, y la
herramienta son las redes sociales. Puedes crear cuentas en Twitter, Facebook,
Instagram, enviárselo a tus amigos, a tus enemigos, a tus familiares… toda la
difusión que permiten las redes.
Lo
último que necesitamos es paciencia y constancia. No sueñes con crear un
podcast de la nada y que tras el primer capítulo tengas ya 1.000 escuchas. Lo
importante es que lo hagas con atención y lo mejor posible. A partir de ahí, si
hay un público al que le interesen tus contenidos, irán llegando.
Enrique
García
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