El 11 de abril fue el Día Mundial de Parkinson, una enfermedad
que afecta a 150.000 personas en toda España, de las que 10.000 pertenecen a
Castilla y León. Se trata de una oportunidad única para que las Asociaciones de
Parkinson se den a conocer entre las personas que padecen esta enfermedad, de
las cuales sólo un 15% están asociadas a algún tipo de organización. Para ello
La Federación Española de Parkinson ha
organizado una campaña titulada La música
te pone “ON”, 40 “flahmob” en diferentes ciudades de
España.
Se trata de un baile en grupo coreografiado, en el que participan
personas con Parkinson, además de otros miembros y voluntarios de la
Asociación. Para prepararlo la FEP ha
contado con el asesoramiento de
compañías de baile como Danza-T, red
de trabajadores de la danza, la compañía El
Saco Roto y el Conservatorio de Superior de Música y Danza María de Ávila,
tal como reconoció Carlos Carretero , presidente de la Asociación de Parkinson de
Valladolid (Aparval), para quien es
muy importante despejar todas las incógnitas en torno a esta enfermedad: “con
esta campaña queremos poner acento en los dos síntomas que más afectan a las
personas con Parkinson, como la lentitud y la rigidez en los movimientos. El
baile es la mejor terapia para superar algunas de las limitaciones que se nos
presentan día a día, y favorece la motricidad”.
El mal tiempo no impidió a los
asistentes acudir a la primera cita el viernes 10 en la Plaza Zorrilla de
Valladolid. Con el color naranja como distintivo y un tulipán en el pecho,
símbolo del Parkinson, comenzaron a bailar a un ritmo de batuka. Una danza en
perfecta coordinación que logró atraer las miradas de todos los que pasaban
esta zona tan representativa de la ciudad.
La conexión entre la música y el
Parkinson no es algo casual. A través del bailes, una persona puede reforzar
considerablemente sus habilidades motrices, las cuales se ven mermadas en las
fases avanzadas de la enfermedad, cuándo ni siquiera pueden desarrollar sus
actividades de la vida diaria. La música también puede ser un bálsamo para su
ánimo, ayudándoles a relajarse, controlando su ansiedad, mejorando su capacidad
cognitiva y su memoria, dibujando en su
rostro una sonrisa. La misma que ellos
han sacado a todas y todos aquellos que se han disfrutado de este “flashmob”. Tal vez con iniciativas como
ésta, el Parkinson deje de ser esa enfermedad de la que sólo conocemos su
nombre. Sólo de este modo todos los afectados y sus familias dejarán de estar
olvidados, aislados, y podrán regalar al mundo muchos más tulipanes.
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