Cuenta
la tradición y la leyenda que “en el S. VI los palentinos apedrearon a Santo Toribio
porque no querían renunciar a las doctrinas de Prisciliano. Unas lluvias
torrenciales, que inundaron la ciudad de Palencia, fueron interpretadas como un
castigo divino y los palentinos subieron el Cerro del Otero para pedir perdón
al Santo. Este hecho se conmemora con una romería muy popular en el que el
apedreamiento se realiza con bolsas de pan y queso que arrojan las autoridades
en tono festivo al número de público asistente”.
Beatriz Santos (@_BeaSantos_)
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