Los Campos de Pepe Rojo fueron testigos
este pasado domingo de la Final de la Copa del Rey de Rugby 2015. Antes de
pisar el campo, la ocupación del aparcamiento hacía presagiar que faltaba poco
para que se colgase el cartel de ‘completo’.
Mientras parte de la afición aún estaba
buscando el lugar idóneo desde el que presenciar la hazaña una cosa estaba
clara: ya era posible observar una marea azul que invadía gran parte de las
gradas. Los cantos y vítores de la afición madrileña del Cisneros pronto
encontraron su fin cuando el equipo local –VRAC Quesos Entrepinares- inauguró
el marcador.
Una jornada que jugaba a regalarnos
tímidamente algunos rayos de sol que se abrían paso entre las nubes. Una
jornada que en la que los litros de cerveza y bocatas de panceta recorrían los
aledaños del campo mientras el VRAC hacía lo propio y luchaba por revalidar su
título.
De manera discreta –pues la afición del
VRAC destacaba por ser algo más silenciosa- el equipo local fue ganando terreno
a los azules del Cisneros. Los gritos azules se fueron consumiendo a medida que
los rosas del VRAC se crecían y afianzaban la victoria.
Un resultado final de 33-15 puso el punto
final a una mañana de deporte en estado puro. Una marea rosa invadió el centro
del campo. Sólo faltaba por disputar el
tercer tiempo, ¡la fiesta estaba servida durante el resto del día!
“El objetivo del
rugby es que ante todo sea un estado de ánimo, un espíritu”.
Jean-Pierre Rives, jugador francés de rugby.
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